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  D.O. Jerez

D.O. Jerez-Xeres-Sherry y Manzanilla Sanlúcar de Barrameda son denominaciones de origen diferentes pero que comparten los mismos viñedos y el mismo Consejo Regulador, creado en 1933. Está situada en la provincia de Cádiz, y engloba los términos de Jerez de la Frontera, Puerto de Santa María, Chipiona, Trebujena, Rota, Puerto Real, Chiclana de la Frontera y algunos pagos de Lebrija.

El clima es cálido consecuencia de su baja latitud. La zona cuenta con veranos secos y altas temperaturas. La primavera y el verano, a lo largo de los cuales tiene lugar el ciclo vital de la viña, se ven sometidos a los vientos dominantes conocidos como de Poniente y de Levante. El primero es fresco y húmedo mientras que el segundo es caluroso y seco. La temperatura media anual es de 17,3ºC con inviernos muy suaves en los que rara vez hiela y veranos muy calurosos, con temperaturas frecuentemente por encima de los 40ºC. La zona disfruta de un promedio anual de horas de sol efectivo muy alto, entre 3.000 y 3.200. La pluviosidad es relativamente alta, una media de 600 litros por metro cuadrado de lluvia al año, que se registran especialmente en otoño e invierno.

El Marco de Jerez presenta mayoritariamente un tipo de suelo denominado "albariza" que es una tierra caliza rica en Carbonato cálcico, arcilla y sílice.

El Reglamento del Consejo Regulador señala las siguientes variedades de uvas como aptas para la elaboración del Jerez: Palomino, Pedro Ximénez y Moscatel. En los tres casos se trata de variedades blancas.

Bodegas El Maestro Sierra

La bodega El Maestro Sierra atesora, más de 180 años después de su creación, el mismo carácter tradicional y artesanal y se mantiene en manos de la misma familia que le dio vida y que desde entonces envejece, embotella y comercializa vinos de la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry.

De hecho, continúa ubicada en el casco de bodega –construcción típica jerezana – en el que abrió sus puertas en el centro histórico hace casi dos siglos. Por eso, muchos de los elementos se mantienen prácticamente intactos, desde el suelo de albero en el que asientan las andanas donde el sosiego y la calma ven envejecer el vino; hasta algunas de las botas, que conservan vinos datados en 1860.

El paso del tiempo y su máxima de producir calidad frente a cantidad han convertido a los caldos de El Maestro Sierra en pequeñas obras de arte, vinos de extrema vejez y calidad, VORS, apreciados por los paladares más exquisitos.